PUBLICIDAD PERSONALIZADA Y A LA CARTA: LO NUNCA VISTO

http://www.elpais.com/articulo/semana/publicidad/futuro/personalizada/carta/realidad/elpeputeccib/20081002elpciblse_9/Tes/

La primera idea que me suscita este artículo, es que es un paso más del marketing junto con los medios de comunicación, en su afán de “aborregarnos” y de conseguir que todos hagamos lo que ellos quieren, eso sí, ahora se empiezan a tomar el detalle de hacerlo de forma más personalizada; claro, es que eso nos gusta y vende.

Lo cierto es que desde el punto de vista de la empresa, a priori la idea es fantástica, tendrá la capacidad de personalizar publicidad, con lo que consigue hacer llegar el mensaje que deseen con más eficacia, y otro factor importante, quizás el coste a largo plazo sea menor que la cartelería por ejemplo.

Por otro lado, no cabe duda que si toda esta parafernalia se lleva cabo, al menos al inicio tendrá éxito, ¿a quién no le va a gustar qué se dirijan a él de forma personalizada?. Bajo mi punto de vista, la estrategia es realmente buena, ya que, el cliente potencial se sentirá identificado con la empresa al ver que se están fijando en él, eliminará de su mente la famosa frase de “para la empresa sólo somos un número”, ya que, ahora lo están llamando por su propio nombre a través de unos monitores, es una forma de fidelizar según mi punto de vista.

En cualquier caso, dudo de su eficacia a largo plazo, no si nos referimos a lo meramente práctico, como por ejemplo prestar información, fidelizar a través de personalizarnos la estancia en un gimnasio como mencionaban en el artículo, pero como herramienta de venta, creo que su ciclo de vida como producto será corto, puesto que impactará al principio, y la gente se dejará llevar, pero a largo plazo, quiero pensar que no nos llamará la atención.

A mi personalmente, me abruma la idea de entrar a un centro comercial por ejemplo, y que una máquina reconozca todas mis carácterísticas a través de su base de datos y previamente analizando el iris de mi ojo; parece una de esas pelis del siglo que viene, en las que todo acaba mal, creo que soy más tradicional, me gusta la atención cara a cara, y precisamente al comentar esto, pienso en los puestos de trabajo que se cobrará.